viernes, 28 de octubre de 2011

Flaco...



He soñado como Martin Luther King
que viviamos juntos en un gran país,
con hombres y mujeres orgullosos,
de la carrera de principio al fin.
Y volviendo la página del tiempo
me he encontrado con un vendaval
de pasiones que matan en silencio
y organizan la derrota de la paz.

Para llegar... Juan Carlos Baglieto

Flaco...
Fuíste gigante flaco... El tiempo te va a volver inconmensurable... Como a los 30000 compañeros , como a las Madres y las Abuelas...Y yo te voy a agradecer para siempre haber abierto esa puerta que ya parecía definitivamente cerrada. Te voy a agradecer haberme dado la oportunidad de permitirme sentir en carne propia lo que mis viejos y tantos compañeros sintieron por Evita y por Perón... Y vivir este tiempo histórico, épico... Punto de inflexión que no muchos tienen oportunidad de presenciar en la duración de una vida... Y me agradezco por contar con la sensibilidad que me heredaron los viejos para ser receptivo a los cambios que proponen los tiempos y sus artífices... La vida es cambio dice Cristina... Y es así, los conservadores de cualquier credo atentan contra la naturaleza... Una vez escribí algo en una dedicatoria para los compañeros detenidos desaparecidos del Olimpo, mi viejo fué uno de ellos. Y al poco tiempo llegó una compañera sobreviviente, para agradecerme y decirme que esas palabras la habían echo llorar... En ese momento la gambateé con una boludez, porque esas cuestiones me descolocan... Pero si a ella, que sobrevivió al holocausto de estas tierras la siguen emocionando unas palabras escritas en un papel, con qué derecho me permito un acto de incredulidad, de escepticismo... Con qué derecho me cuestiono creer, si las promesas se convierten en realidad, si lo que no se prometió se cumplió con mayor compromiso aún... El gesto de los cuadros de la ESMA no quedó solo en eso... Ayer se leyeron las condenas... Flaco, hiciste de cuenta que te fuíste, pero para no extrañarte nos legaste a la Morocha, a Cristina... Parafraseando al querido gordo Feinmann... ¡Qué puta suerte!


Omar D. Pacino

No hay comentarios.:

Publicar un comentario