viernes, 17 de febrero de 2012

El sentido último de la ética consiste en la corrección del egoísmo

Difundir la virtud inherente a la justicia y alcanzar el placer, no sobre el disfrute privado del bienestar, sino por la difusión de ese disfrute, abriendo sus posibilidades a sectores cada vez mayores de la humanidad: he aquí el camino.
El General en "La comunidad organizada"

miércoles, 8 de febrero de 2012

Las Malvinas son Argentinas



Por aquellos años se produjo la agresión inglesa a una base argentina en la Antartida, que fue repelido por las fuerzas argentinas. Así lo cuenta Perón:

Inglaterra envió una fragata y destruyó uno de nuestros refugios. La guarnición nuestra era más bien pequeña, pero amenazando con las ametralladoras dieron a los ingleses cinco minutos para que abandonaran aquella tierra. Los ingleses se marcharon pero dejaron su bandera izada en el refugio que habían destruido y un cabo nuestro la arrancó y se la arrojó al bote que empleaban los ingleses para huir. Vino a verme el embajador británico y tuve con él una pequeña conversación más bien amistosa, en el curso de la cual me preguntó “¿Cómo van a arreglar ustedes ese asunto de la Antártida?” Le contesté : “¿Qué derecho tienen ustedes a la Antártida?” y me replicó: “La Antártida es una prolongación de las islas Malvinas”. Y fue entonces cuando yo le dije: “Sí. Eso me recuerda a un tipo que me robó un perro y al día siguiente vino a buscar el collar”.

En 1953, en ocasión de la coronación de su graciosa majestad l reina Isabel II, en representación del gobierno argentino viajó el presidente del Senado, almirante Alberto Teissaire, con una misión imposible: comprarle las Malvinas a Gran Bretaña. Como había ocurrido durante el gobierno de Rosas con la oferta presentada por el enviado Manuel Moreno (el hermano de Mariano), el gobierno inglés ni siquiera consideró la oferta porque haberlo hecho hubiera significado reconocer explícitamente nuestros derechos.

Pigna, Felipe, Lo mitos de la historia argentina 4. La argentina peronista (1943-1955), Booket, Buenos Aires, 2010, p. 305
 

viernes, 3 de febrero de 2012

Ser peronista

Todo el mundo se aleja del que ve vencido.
Todo el mundo se olvida voluntariamente de él. En esto los hombres deberían ser más buenos. Todos. También nosotros, los peronistas.
Nos olvidamos de la verdad peronista que dice: "para un peronista no hay nada mejor que otro peronista".
La he dicho ya antes, pero es necesario repetirla muchas veces hasta que nadie se olvide de ella y todos la cumplamos bien.
En esto debemos diferenciarnos también de la oligarquía.
Ellos se hicieron ricos y poderosos a fuerza de destruir a los demás, a fuerza de la desgracia ajena.
Nosotros no podemos ser como ellos.
Por eso tengo cuidado de atender a los amigos caídos.
Para no sentirme con alma de oligarca: egoísta, sórdida, incapaz de nada generoso.
Evita, "La Razón de mi vida".

miércoles, 1 de febrero de 2012

La fecha de nacimiento del General

En 1895 el Estado argentino levantaba el segundo Censo de nuestra historia. [...] Mientras esto ocurría, seguramente ajena a todos estos avatares, y según la versión canónica, el 8 de octubre de aquel año, doña JUANA SOSA TOLEDO (1875-1953) daba a luz a un niño al que llamó Juan Domingo, en homenaje a sus dos abuelos: JUAN IRINEO SOSA y DOMINGA DUTEY. El General recordaría, muchos años después, que en realidad había nacido el 7 de octubre de 1893 y que su padre, MARIO TOMAS PERON, lo anotó como "hijo natural del declarante" con una demora de dos años.
Felipe Piña, "Los mitos de la historia argentina", 4, p. 11.